Fue el pedigrí de Shelby en las carreras lo que llevó a Goodyear a financiar la creación del primer Daytona Coupe basado en el Cobra, diseñado por Peter Brock. Este elegante coche de carreras, con una aerodinámica pionera, consiguió lo imposible: vencer a los Ferrari 250 GTO en la categoría GT y terminar cuarto en Le Mans en 1964. Sin embargo, aún estaba por llegar algo mejor.
Con Shelby finalmente al volante del programa GT40 de Ford, el icónico coche empezó a ganar impulso rápidamente. Sin embargo, el comienzo no fue nada halagüeño. En 1964, ninguno de los nuevos Ford tan cacareados terminó Le Mans, ni ninguna otra carrera.
Sin embargo, Shelby se enorgullece de haber conseguido atemorizar a Enzo Ferrari, al conseguir 218 mph en la famosa recta de Mulsanne.
1965 fue una historia similar, con Ferrari barriendo el podio de Le Mans una vez más y ningún GT40 cruzando la línea de meta. 1965 fue también el año en que el Ferrari 250 LM del North American Racing Team (NART), pilotado por Masten Gregory y Jochen Rindt, dio inesperadamente a Goodyear su primera victoria en las 24 Horas.